es la creencia en Dios creador del Universo y de sus procesos naturales a través de los cuales funciona (leyes) . Se basa en la observación y el análisis racional de la naturaleza. Así pues, el Deísmo es una creencia racional en Dios, pero sin aceptar los credos, dogmas o libros sagrados de una religión particular.
Esta sería un esquema general de las creencias comunes de los deístas. A partir de aquí y teniendo en cuenta que la versión occidental se enraíza en el racionalismo, el librepensamiento y la Ilustración, las diferencias de opiniones y creencias acerca de Dios y temas relacionados, pueden variar bastante.
su aspecto positivo es algo más, porque ofrece, como un substituto a la verdad revelada, un cuerpo de verdades que pueden ser construidas sin mayores esfuerzos que los de la razón natural. Sin embargo, con el transcurso del tiempo el término deísmo llegó a tener un significado más específico. Se utilizó para significar una doctrina metafísica peculiar que supuestamente fue mantenida por todos los deístas.
Hasta aquí la enseñanza de los deístas que contrasta con la de los ateos y la de los panteístas. Pero más allá, el deísmo no solamente distingue al mundo y a Dios como efecto y causa; enfatiza también la trascendencia de la Deidad en el sacrificio de Su encarnación y de Su providencia.
Como naturalismo era el epíteto que generalmente de usaba para designar la enseñanza de los seguidores de la filosofía de Espinoza, así como a los también llamados ateos, la palabra deísmo le permite entonces a sus seguidores usarla como el término que permitía mostrar la desaprobación de los principios y doctrinas que ellos repudiaban y definir así claramente su propia posición para diferenciarlos de los teístas. Sin embargo, parece que la palabra se empleó por primera vez en Francia y en Italia alrededor de la mitad del siglo dieciséis, ya que aparece en la epístola de dedicatoria del segundo volumen de la "Instruction Chrétienne" de Viret (1563), en la cual la reforma divina habla de algunas personas a quienes llama por un nuevo nombre: deístas. Debido primordialmente a sus métodos de investigación y a sus críticas de la enseñanza religiosa tradicional protestante son llamados también racionalistas, en oposición a los hallazgos de las verdades de la fe a través de la razón, viniendo de Dios a través de la revelación externa. Ya sea porque se ignoró esto o bien porque se intentó refutarlo activamente y probar la ausencia de valor que tenía, el racionalismo se vuelve el término obvio para los procedimientos utilizados. Y además, en forma similar, por reclamar libertad para discutir las doctrinas establecidas en la Biblia y enseñadas por las iglesias, que se ganan el no menos común calificativo de "libre pensadores".
Existen diferencias marcadas entre los deístas ingleses en cuanto al contenido de la verdad dado por la razón. Indudablemente, la más importante de estas diferencias es por la que se dividen en deístas "mortales" y en deístas "inmortales"; aunque aceptaron la doctrina filosófica de una vida futura, el rechazo del premio y del castigo futuro llevaba en sí mismo para algunos la negación de la inmortalidad del alma humana.
se desplomó, siendo difícil decir si fue porque la controversia perdió el interés que tuvo en sus inicios o porque la gente en general cambió de dirección con el criticismo hacia nuevas cosas. En la actualidad estamos bastante familiarizados con los argumentos deístas, gracias a los esfuerzos tanto del racionalismo como del libre pensamiento moderno que mantienen dichos argumentos de cara al público. Aunque cáusticos, a menudo inteligentes, y a veces extraordinariamente blasfemos, encontramos en su mayor parte los maltrechos documentos pasados de época, comunes y sosos. Y mientras que varias de las "respuestas" pueden ser tomadas como trabajos estándar de apologética, la mayoría de ellas pertenecen a los escritos de una época pasada.
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